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Foto del escritorThot

Faro de Alejandría

Actualizado: 18 mar 2020


Corría el invierno del 332-331 a.C. cuando Alejandro Magno decidió fundar una ciudad nueva a orillas del mediterráneo, sobre la modesta Râ-ke-det. Ya desde tiempo atrás este lugar había sido elegido por su situación geográfica para erigir una plaza fuerte que evitase los ataques piratas.


La ciudad se desarrolló bajo el plan del arquitecto griego Deinócrates de Rodas, y se construyó bajo la supervisión de Cleómenes, otro arquitecto natural de Naucratis. Se dice que el propio Alejandro estuvo presente durante el ritual de la fundación de la ciudad, la primera de muchas que llevarían su nombre.


Durante el reinado de Ptolomeo I, Alejandría pasa a ser la capital de Egipto, aunque no será hasta el reinado de su sucesor Ptolomeo II cuando la ciudad alcance su mayor expansión. Es en este momento cuando se comienza la construcción del Faro de Alejandría.


Sóstrato de Cnido fue un ingeniero y arquitecto helenístico del siglo III a.C conocido por diversas obras arquitectónicas en Egipto, como el sistema de drenaje de Menfis por orden de Ptolomeo, o el diseño y construcción del Faro, una de las siete maravillas del mundo antiguo.


La construcción de la obra se llevó a cabo entre los años 285 y 247 a.C. y se colocó en la isla de Faros, de la cual heredan el nombre los faros hoy día, por la llanura de la ciudad, lo que impedía una buena visibilidad a los navegantes, con el peligro que ello conllevaba.


Cuenta la leyenda que pese a la prohibición por parte de Ptolomeo II de firmar la obra, Sóstrato hizo caso omiso y en la base del monumento dejó la siguiente inscripción:


ΣΟΣΤΡΑΤΟΣ ΔΕΞΙΦΑΝΟΥ ΚΝΙΔΙΟΣ ΤΟΙΣ ΘΕΟΙΣ ΣΩΤΕΡΣΙΝ ΥΠΕΡ ΤΩΝ ΠΛΩΙΖΟΜΕΝΩΝ


“Sóstrato, hijo de Dexifanes de Cnido, en nombre de todos los marinos, a los dioses salvadores”. Acto seguido tapó el texto con mortero y sobre este escribió el nombre de Ptolomeo II.


Estrabón visitó el faro en el año a.C. y dijo lo siguiente sobre esta obra:


“La cumbre de la isla es una roca batida por las olas todo alrededor y que tiene un torreón admirablemente construido en piedra blanca, de varios pisos, que lleva el mismo nombre de la isla. Este fue una ofrenda de Sóstrato de Cnido, amigo de los reyes, por la salud de los navegantes, como dice la inscripción. Como la costa es impracticable y hundida a ambos lados, y tiene arrecifes y bajos, es necesario señalizar para que los que navegan desde el mar con una indicación alta y brillante para dirigir su entrada en el puerto”.


En la actualidad, por desgracia, no existe dicho faro ya. Para poder hacernos una idea de las medidas y formas reales de este monumento debemos basarnos en las fuentes antiguas. Según Julio César, el Faro era, “una torre muy elevada de maravillosa arquitectura” y según Estrabón “una torre de varios pisos de mármol blanco, una construcción maravillosamente bella”.


Autores árabes posteriores nos facilitan más información, y no sólo estética.

Masudi explicaba que el faro era “un edificio de 230 codos (102 metros), con tres partes: es cuadrado hasta los 110 codos (49 metros), a continuación, su forma se torna octogonal y finalmente su parte superior es redonda.


Ibn-Al-Sayig nos describe una torre de tres pisos de unos 105 metros de altura, con una primera planta cuadrada de 60 metros, una segunda octogonal de 26 metros y una tercera planta de 19 metros sin forma descrita.


En cuanto a las monedas romanas del siglo I y II nos muestran una torre de tres partes coronadas por una estatua, un detalle que genera el problema de la ubicación de la llama, misterio que por desgracia sigue sin respuesta.

Hay tres mosaicos, además en los que se muestra el faro:

- En San Juan de Jerash, en Jordania, bastante deteriorado.

- En San Marcos, Venecia, representa una torre de dos pisos con una mezquita con cúpula que posiblemente sea un reflejo de la fortaleza en que se convirtió en el siglo IX.

- En Qasr el Libya, Libia, en la que se muestra la torre con una rampa de acceso y está coronada por una estatua de Helios con rayos.


La desaparición del faro se debió a una serie de terremotos que fue minando su estructura paulatinamente hasta su total destrucción el 8 de agosto del año 1303.


El faro ha sido representado en infinidad de ocasiones en la actualidad a través del cine, la televisión o los videojuegos.


En la saga de Assassins Creed, en Origins, ambientado en el Egipto del final de la época Ptolemaica podemos recorrer el faro tanto en el modo historia como en el modo Descubrimiento, que nos permite conocer todos los detalles del mismo, así como de sus alrededores.


En los cómics de Astérix y Obélix, podemos verlo en las primeras viñetas de Astérix y Cleopatra, puesto que la primera imagen que nos representan en el cómic es Alejandría, una visión del faro y el puerto de la ciudad, para acto seguido llevarnos a palacio a conocer al mismísimo Julio César.


Además, aparece representado en algunas escenas de la película Ágora del director español Alejandro Amenábar, grabada en parte en la isla de Malta, y en la película de Oliver Stone de Alejandro Magno, aunque en este caso de forma errónea.


En la escena inicial, tras la muerte de Alejandro, podemos observar a un envejecido Ptolomeo I narrando la gesta de Alejandro y observando desde la terraza el majestuoso faro de Alejandría. Teniendo en cuenta que la narración comienza cuarenta años después de la muerte del legendario comandante, es decir en el 283 A.C. año que coincide con la muerte del faraón Ptolomeo I, y que la construcción del Faro se inicia en teoría dos años antes (285 a.C.) y se finaliza cuarenta años más tarde 8247 a.C) bajo el mandato de su sucesor, Ptolomeo II, por lo que es imposible que en esta escena veamos representada la estructura, como mucho los cimientos.

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